Algunas distorsiones de la realidad histórica

Aunque he intentado reconstruir fielmente los acontecimientos de 1898, he tenido que hacer algunas deformaciones conscientes de la realidad histórica y geográfica. Espero obtener, con el pretexto de dar coherencia al relato, la indulgencia del lector.

El cinco-mástiles "France"

El cinco-mástiles France, en aquella época el velero más grande del mundo

Louis Adrien ejerció las funciones de primer teniente jefe de guardia en el cinco-mástiles France en 1895. No he podido resistir la tentación de convertir a Louis Aurélien en testimonio del naufragio del velero más grande de su época. Así que he adelantado la desaparición real del navío, que tuvo lugar en las condiciones que se relatan pero unos pocos años más tarde, en 1901.

El capitán Lunier

Las circunstancias del asesinato del capitán Lunier en Amapá son parecidas a las descritas. A diferencia de la novela que se desarrolla en 1898, los acontecimientos tuvieron lugar en 1895, durante la liberación del «capitán de río» francés Trajan Benítez, secuestrado por Cabralzinho.

La toponimia

A finales del siglo XIX en las zonas poco exploradas del Territorio Contestado Franco-Brasileño, un mismo nombre indicaba a menudo simultáneamente una región, un río y un pueblo. No he querido conservar esta complejidad que habría podido confundir al lector sin aportar nada a la novela. Al contrario, he intentado facilitar la comprensión a costa de una ligera simplificación de la toponimia.

El naufragio del "Maine"

Restos del "Maine" en 1898
Restos del "Maine" en 1898

El naufragio del Maine ¿fue provocado desde fuera por un sabotaje, o por una explosión interna? En 1898, las comisiones de investigación americana y española aportaron respuestas discrepantes a esta cuestión. Cuando la marina americana sacó a flote los restos en 1911, una nueva investigación confirmó la tesis de la mina submarina. Pero en 1976, una investigación dirigida por el almirante Rickover, basada en los conocimientos derivados de naufragios en la Segunda Guerra Mundial, dió una explicación opuesta: el Maine se hundió después de una explosión interna que empezó por un fuego en la carbonera.

Por último, la revista National Geographic realizó en 1999 une simulación por ordenador, que resucitó la tesis de la explosión provocada desde fuera. Actualmente, los expertos siguen divididos. El muy serio y notablemente documentado sitio Internet del centenario de la guerra hispano-americana (http://www.spanamwar.com/) sostiene una nueva teoría que destaca la ausencia de certeza: el siniestro habría sido causado por la negligencia de un marino del Maine. Éste habría puesto una magdalena en un tostador colocado desafortunadamente sobre una caja de explosivos*.

El argumento que se propone en la novela no es más que una hipótesis sin confirmar – ni invalidar – por los últimos informes de expertos. Sin embargo, a pesar de ser Joaquín un personaje de ficción, su torpedo artesano en forma de ataúd fue realmente construido. Probablemente no fue nunca lanzado, ya que actualmente se conserva intacto en el Museo Bacardí-Moreau de Santiago. La falta de explicación sobre su origen permite todas las hipótesis.

*Comentario a pie de página del sitio Internet : « Recuerden… el pasado, es el pasado. Incluso los historiadores que tratan de temas tan serios deben conservar el sentido del humor. »

La Cronología

Nancy Allison McKinley, madre del presidente americano, firmó una petición del New York Journal para la liberación de Evangelina Cosío Cisneros. Las restricciones cronológicas me han llevado a modificar la fecha de este acontecimiento que he situado en abril de 1898. La Sra. McKinley falleció en diciembre de 1897; estoy convencido de que no me habría echado en cara haberle voluntariamente concedido cuatro meses más de vida.

En la novela, la escuadra del almirante Cervera hace su entrada en el puerto de Santiago después de la llegada de los marines a Guantánamo. El lector atento, o buen conocedor de esta época, habrá notado que el desembarco sólo era posible tras el encierro, en la bahía, de la flota española por los navíos del bloqueo americano. Habrá comprendido, espero, que se trata de una inversión cronológica implícita que ha sido necesaria para poder narrar los esfuerzos de Louis por reparar su navío y su encuentro con Diego Carlier. Precisar, por último, que, en la realidad, fue en Fort-de-France y no en Santiago donde tuvo lugar la conversación entre el capitán de la Némesis y el comandante del Furor.

¿Otros errores?

Quizá el lector bien documentado descubra en esta novela algún error histórico– esta vez involuntario. Cualquier observación en este sentido me animará a seguir profundizando en mis pasos, los de un aficionado de la ficción que siente el mayor respeto por los historiadores y en cuyo trabajo se apoya para concebir una trama novelesca [contactarme].

   

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